Lo primero
que uno hace al conocer a alguien es etiquetarlo de alguna manera, si es muy
guapo pues es un falto, si es muy feo entonces es muy simpático y cosas así.
Somos mucho más crueles al etiquetar a determinadas personas en función de su
profesión o condición metal, estos son algunos ejemplos de nuestra terrible
maldad a la hora de “etiquetar” a algunas personas:
ACTORES
Las etiquetas clásicas son la
de “homosexual” y la de “golfo” (alcohol, mujeres y drogas), que además son
combinables entre si. Esta fama se la tienen bien ganada por todos los actores
que han muerto a lo largo de la historia debido al alcohol y los
estupefacientes (James Dean). La de truchas es por culpa de tíos como Neil
Patrick Harris (Burney Stinson), Ian McKellen (Gandalf), Zachary Quinto (Spok)
y muchos otros, que en sus películas siempre son unos machotes que no veas,
pero luego en la vida real les gusta un pirulo más que a un tonto un caramelo.
Un actor
“estrella” si no tiene pareja estable del sexo contrario es inminentemente
“homosexual”, y si la tiene y es también una “estrella del celuloide" como él,
levantara sospechas, ya que puede ser su tapadera para encubrir lo gay que es,
o bien están juntos por que comparten vicios malignos (drogas y demás), o
finalmente son la pareja perfecta creada para rellenar las portadas de todas
las revista de su mundillo laboral (como lo fuerón Tom y Katie). En muchos casos se casan, pero son
matrimonios fugaces en la mayoría de las ocasiones, por lo general estos
“famosillos” adquieren la estabilidad a través de parejas que no están
relacionadas con su entorno profesional.
La envidia
es muy mala así que el resto de fistros, lerdos y fetidos que componen el resto
de la humanidad que les rodea, no van hacer otra cosa que difamar tu imagen
“estelar”, o al menos, intentarlo.
Que duro es
ser guapo, muchimillonario y famoso.
POLITICOS
Etiquetas base: ladrones, corruptos
y bastardos, este ultimo puede ir acompañado de una referencia a sus madres y a
la falta de pureza de las mismas (bastardos hijos de la gran puta).
Con todos
los maletines y bolsas de basura, llenas de euros de los contribuyentes, que han
circulado de manera fraudulenta por nuestras costas, montañas, llanuras y demás
lugares de nuestro hermoso y bananero país, ¿Qué se puede esperar de la gente a
la hora de etiquetar a los políticos?
Estos
señores trabajan poco (y sentados, en instalaciones de gran lujo y confort),
tienen tres meses de vacaciones (como poco) y no logran ninguno de sus
objetivos (promesas electorales), todo sigue de mal en peor, así que su
función en esta nuestra sociedad no es otra que colocar a todos sus familiares
y amigotes como consejeros, funcionarios, choferes cobrando tres mil euros mensuales
y cositas de esta calaña, en resumen chuparnos la sangre y colocar a los
inútiles de su entorno (ole, ole y ole).
Son
corruptos porque roban sin miramientos en cuanto pueden y aceptan sobornos (para
permitir las recalificaciones de los terrenos por ejemplo), y encima a tutiplén
y sin complejo alguno. Se hacen de oro a costa del pobre “mileurista” que paga
puntualmente sus impuestos, y encima van de pijos ricachones y prepotentes (los
muy bastardos), y no le revientes la boca a uno dándole un buena (y merecida)
hostia, que vas a ir derecho a la cárcel por lo menos cinco años y pagándole
una indemnización por el bofetón a este cabrón, que tu mujer va tener que vender
el piso para poder pagarle. Ellos roban cinco mil millones y van de tres a cinco años
a la cárcel y encima no devuelven el dinero que han mangado, pero ya sabéis, si
son ellos los que marcan y dictan las normas del juego (leyes, decretazos, etc.),
no lo van a hacer para perjudicarse (lógico).
No hacen
nada por nadie (excepto para si mismos), roban a diestro y siniestro, engañan a
la gente sin miramiento alguno, incluso la enfrentan mediante paparruchas ideológicas
bananeras y encima tienen el morrazo de pedir que les votes para poder seguir
trincando del estado. Esto denota ciertos síntomas (muy, muy avanzados) de
bastardez en la persona del político medio.
Ya sé que
las madres de estos señores no tienen culpa alguna (bueno.... no sé yo), pero como
buen español, no puedo etiquetar de bastardos a estos individuos sin añadir un
sonoro “hijos de la gran puta”.
MODELOS
Etiquetas propias de esta
profesión serian: puta, borracha, drogadicta y lerda, todas combinables entre
ellas en función de la top model correspondiente. Ejemplos:
-Katte Mos:
puta, borracha y drogata.
-Barr
Rafaeli: lerda.
-Naomys
Campbel: puta, borracha, retrasada y muy drogadicta.
Los nombres
de las modelos están mal escritos para que no puedan denunciarme por difamación
en internet las susodichas guarrillas.
Sigamos, son
unos pivones la mayoría, sobre todo las que curran como modelos de lencería,
esas son las que mejores “pechotes” calzan, todas suelen ser muy guapas
también, no pasare por alto el detallito de los problemas de malnutrición y no
nutrición que sufren todas ellas para poder mantenerse en este mundillo, que desembocan
en temas chungos como la bulimia, la anorexia y muchos tipos de enfermedades
mentales. Lo que me parece de traca son las tías súper feas que son modelos
porque tienen cuerpos asquerosos y esqueléticos, o bien porque tienen caretos
raros, cuya belleza definen como “exótica” o “¿androgena?”, esto último no
tengo ni la más remota idea de que cojones significa, ni si es así, pero me
suena haberlo oído en una peli o leído en una revista (de coches claro, que soy
muy macho), pero vamos que son feas de narices y punto.
Las modelos
inician sus carreras profesionales desde muy jovencitas y el mundo que las
rodea las induce a entrar en una vorágine de alcohol, sexo y drogas a edades
muy prematuras, a menos que la niña de turno tenga muy bien colocados y anclados
los pies en el suelo, es normal que influida por su entorno maligno, chupe
penes para conseguir buenos contratos y esnife cocaína posteriormente para
poder olvidar tales actos lamentables.
La gente de
la calle, el populacho, te odia porque eres guapísima, no tienes celulitis y
sobre todo porque ganas cantidades ingentes de dinero por hacerte unas fotos y
desfilar en una par de sitios chulos. Es decir, y como en todos los casos que
analizare, menos en el de los políticos, te tienen envidia, y muchísima.
TIOS CACHAS, CICLADOS Y MAZAOS
Dos vertientes: el mazao a tope
que además es un guaperas, al que cual etiquetas como retrasado mental y
egolatrilla de la pradera, un chulo sin más, y el mazao “feo” que se cree guapo
solo por haberse gastado dos mil quinientos euros en clemuterol y anabolizantes
turcos, eres un tío muy cachas, pero hijo mío, eres feo y lo vas a seguir
siendo por mucha mierda que te inyectes, puede que hasta empeores tu fealdad
(los esteroides deforman el careto, lo que te faltaba campeón). Stallone se ha
metido a saco y sigue siendo un puto fistro con un ojo más abierto que el otro
y labios de travesti loca, y se ha gastado un pastón en cirugía estética que no
le ha servido para nada (pobre hombre).
Al
macetillas feo lo etiquetas inmediatamente como falto, pero muy falto, ya que
al abrir la boca sube el pan (99% de las ocasiones). El cabrón se cree un Dios
griego, que es guapísimo, pero en el fondo de sus anabolizados músculos, el
sabe que no es así, el sabe que no es agraciado, que tiene cara cabestro y para
evitar que le pisen los demás por ese lado usa la prepotencia y la violencia
verbal en plan “tú calla que eres un mierda” o “para ya de decirme eso que te
reviento el cráneo”. Retrasado, chulo y muy agresivo (debido a su enorme
faltez).
Algunos son
gente normal, todos son ególatras en mayor o menor medida, gastan miles de
euros en todo tipo de complementes alimenticios (proteínas, hidratos,
esteroides, anabolizantes, clemuterol, efedrina, vitamina C,etc) para conseguir
y mantener sus cuerpazos, que son producto de un duro y constante entrenamiento
semanal y de una dieta equilibrada y especifica (jajajajajajajajajajaja). Vamos
que son unos sobradetes y unos creídos, pero dependiendo de la persona los
soportamos más o menos.
Pero los
faltos abundan en una proporción escandalosa, los gimnasios son para los
lerdos, como la mierda para las moscas, un jodido imán, tampoco faltan majaras y tíos
agresivos, también hay personas normales que no todos son unos cafres chalados.
La práctica
de la musculación es en muchos casos una forma de mejorar y fomentar la
autoestima en los individuos que la practican, lo que pasa es que a más de uno
se le pira el cacahuete y se vuelve tonto de los cojones con tanto musculito.
Faltos,
chulos, prepotentes y demás adjetivos similares llenan la boca de los gordos,
feos, fistros (=gordo más feo), deformes y subnormales que les rodean y que les
envidian hasta decir basta, a todos ellos les encantaría estar como tú de
cachas (nunca lo conseguirán).