Llevo
escribiendo en mi blog más de tres años, he hecho muchísimas referencias a
este magnífico y maravilloso deporte, pero jamás (hasta hoy) he escrito una
entrada sobre este tema.
No voy a
daros la brasa con nombres (si os la voy a dar), resultados y demás,
simplemente voy a relatar porque estoy enamorado de este deporte.
El basket es mi deporte
favorito (eso ya ha quedado muy claro), me encanta ver partidos en la tele de
la NBA, la liga ACB y la Euroliga (también las selecciones nacionales claro), lo
he practicado todo el tiempo que he podido, más bien todo el tiempo que mis
pies me lo han permitido, ahora sufro de una maligna fascitis plantar (como Joe
Arlauckas o Tim Duncan en su momento) que me ha retirado de las canchas casi
totalmente (tampoco pasa nada, el baloncesto no pierde nada con mi jubilación).
Soy fiel
seguidor del baloncesto europeo y americano desde los catorce años (tengo
treinta y tres actualmente), con esta edad cayó en mis manos un desplegable del
diario “El Mundo” con todas las plantillas de la NBA, desde ese momento no he
podido parar de almacenar en mi disco duro (cerebro) nombres, alturas, posiciones, nacionalidades,
quintetos y grandes momentos de este maravilloso deporte, momentos como el mundial
que ganamos en Japón con Pau lesionado, los eurobasket aplastando a Serbios y
Franceses, las finales de la NBA de los Bulls contra Utah Jazz con Jordan
haciendo cosas que jamás volveré a ver, Gasol levantando el trofeo de campeón
de la NBA, ver jugar a los Sacramento Kings de Webber, Christie, Stojakovic,
Bibby y el inigualable Vlade Divac (como jugaban, era increíble, lo mejor que
visto en una cancha), el super triple de Herreros contra el Tau que nos dio una
liga, Aleksandar Djordjevic con los dedos apuntando al techo del Palau
celebrando la liga con la camiseta del Real Madrid, el mate de Pep Cargol
destrozando el aro de Olympiacos que certificaba la octava copa de Europa del
Madrid, coronando a Sabonis como el más grande de los pívots que han jugado
jamás a este deporte y mil cosas más me vienen a la cabeza, todas gestas
increíbles y emocionantes que solo el baloncesto pudo y puede darnos.
Me lo he
pasado genial, pero también he sufrido grandes decepciones, claro está, pero
paso de recordarlas, ya habrá algún cabron que cuando lea esto me las echara en
cara.
No puedo
hablar de mi pasión por este deporte sin mencionar a la persona que mas me
influencio, que no es otra que mi mazado y escultural hermano, amante absoluto
del basket, que desde pequeño lleno nuestra habitación de posters de jugadores
tanto NBA como FIBA, añadir que le jodi alguno (pintándoselos por ejemplo) con
su correspondiente bronca y collejón (me lo había ganado la verdad). Jordan, David Robinson, el inigualable “Dream
Team” (primera selección de jugadores NBA), Larry Johnson, Ismael Santos,
Sarunas Marciulionis entre otros muchos decoraban las paredes de nuestra
habitación.
Por su culpa
en mi casa siempre había un balón de basket en la terraza y zapatillas
basketboleras súper chulas en nuestra habitación. El siempre le ha dado caña al
basket, jugando en infinidad de equipos, es bastante bueno el tío, a mi me
enseño muchas cosas y jugar con él era como si Scottie Pippen se echara una
pachanga contigo y tus amigos.
Mi hermano
compraba (cuando podía al principio y luego cada semana) la revista “Gigantes
del Basket” que seguro que a algunos os sonara, no era fácil que me la dejara,
porque siempre ha sido un tío muy posesivo con sus cosas, pero tras aguantar
muchos insultos y unas cuantas amenazas mortales en caso de desperfectos
ocasionados por mí en su revista, me la dejaba.
Me encantaba
y encanta empaparme de las estadísticas de los jugadores, de ACB, NBA, Euroliga
y demás, saber quiénes son los mejores jugadores en función de sus números y de
su productividad en la cancha, saber que un tal Kevin Salvadori jugó un mes en los Bulls y tonterías de ese
calibre me encantan, se podría decir que soy un “friki” del basket, pero si los
tíos que se saben el nombre del segundo portero de Corea del Norte son
considerados como “aficionados” del futbol, pues yo de “friki” nada, yo
aficionado.
Soy un fiel
seguidor del Real Madrid de baloncesto (y de futbol, pero menos la verdad)
desde los tiempos de Kurtinaitis y Sabonis, así que ha llovido bastante. Mis
jugadores favoritos del Madrid son Joe Arlauckas, Arvydas Sabonis, Louis Bullock,
Felipe Reyes y el gran Alberto Herreros, entre otros muchos.
Soy tan fan,
que lo que más me gustaría ver, deportivamente hablando, es ver al Madrid
levantando la copa de Europa una vez más. La octava de los Sabonis, Lasa,
Cargol y demás no la valore en su justa medida, era un crio y no le di la
importancia que merecía. Sería lo más grande ver al Chacho, Llull y Felipe
levantar la copa de campeones, porque se lo merecen, por su entrega, su juego y
los cojones que ponen en la cancha.
En la NBA
soy más veleta, cuando jugaba Jordan, era de los Bulls (como todo el mundo),
cuando Gasol ficho por los Lakers, pues de los Lakers (que grande es Pau, el
mejor jugador español de todos los tiempos, con permiso de Juan Carlos Navarro
claro).
Pero un
equipo tiene mi simpatía desde siempre, los Dallas Mavericks, y todo por un
poster descartado por mi hermano, Derek Harper, Leon Smith y el gran Rolando
Blackman ocupaban dicho poster. Aunque los Mavericks eran muy malos en ese
momento, pero malos de cojones, les cogí cariño. Les he seguido siempre,
perdiendo o ganando. Contra todo pronóstico, hace tres o cuatro años, les vi ser
campeones, Nowitzki (gran líder de estos Mavericks actuales) se lo merecía, también
Kidd y Terry, llevaban muchísimos años luchando por conseguirlo. Así que otro
gran momentazo para la mochila.
En la
actualidad me encantan los Miami Heat, odiados en general por el resto de
aficionados españoles (que como son unos tirillas en general pues odian al gran
y musculado “King” James). Lebron es el más grande ahora mismo, y al igual que
Jordan, hace cosas en la cancha que solo él puede hacer, como digo siempre,
juega al minibasket, rodeado de niños, es muy bruto este jodio, pero también sabe
jugar a esto a las mil maravillas, todo un mega crack.
El
baloncesto es el más grande de los deportes, el más emocionante, en cuestión de
segundos puedes perder un partido que tuvieras ganado (que se lo digan al Tau),
un jugador puede coger una buena racha y meter veinte puntos seguidos sin
fallo, el Chacho Rodríguez puede echar el balón a volar y que Slaughter lo meta
en el aro haciéndolo aterrizar con un mate brutal o que Felipe Reyes se tire un
triple de espaldas a cuatro decimas para el final del segundo cuarto y el balón
entre limpio sin rozar el aro.
Solo el
basket nos da estos momentazos, así que para terminar solo puedo escribir y
bien grande:
“I LOVE THIS GAME”