Hoy
analizaremos la manera de ser de los hombres respecto a la amistad con las
mujeres, ya que como he defendido siempre, los hombres debido a la influencia
del pene sobre nuestros cerebros, somos incapaces de ser amigos de una mujer a
la que nos queramos “pinchar”.
Diferenciemos
entre un hombre soltero y otro con pareja que esta “feliz y enamorado”, no hace
falta tener en cuenta el caso del hombre emparejado pero infeliz y asqueado, ya
que su “modus operandi” es exacto al del hombre soltero.
HOMBRE SOLTERO.
Todas las chicas que están por encima del cuatro y hasta el siete u ocho, son las mujeres que se quiere pinchar y considera accesibles (bueno en realidad, tías accesibles considerara a las que se que quedan entre cuatro y seis, del ocho para arriba se acostaria con todas, pero considera que son completamente inaccesibles para él, auto castrar nuestras posibilidades es algo muy habitual en él género humano.
Dicho esto,
tenemos que tener muy en cuenta el factor “alcohol”, ya que dependiendo del
individuo y su grado de desesperación (lo mas o menos salido que este), beber
mucho liquido de la felicidad, puede hacer que su nivel de exigencia baje del
cuatro al uno, atacando a las pobres chicas que lo consideraban su amigo del
alma. Todos conocemos miles de historias acerca de aquel “Manolito” que le
intento meter zarpa a “Bartolita”, y esta le rechazo por que era su mejor amigo y
nunca se volvieron a hablar porque él le quiso meter la lengua en la boca (y el
pene si se hubiera dejado), y encima borracho como un gorrino.
HOMBRE EMPAREJADO
FELIZ.
Suponiendo
que el nivel de exigencia suba a un siete, pues como antes, las tías que están por
debajo pueden ser sus amigas, las que estén por encima podrán serlo dependiendo
de lo enamorado que este de su churri, ya que el grado de “amor”, puede hacer subir el nivel
hasta el ocho o el nueve, haciendo que su chica sea casi la única que le haga “ponerse
nervioso”.
Pero también
dependiendo de la persona puede que las chicas por encima de siete le pongan tontorrón
y en caso “etílico” acabe haciendo algo de lo que después se va a arrepentir (y
mucho). De nuevo el alcohol puede jugar una mala pasada, pero bueno si te
cepillas un ocho no te castigues tanto que menuda suerte has tenido cabrón.
Conclusión: La devoción por la persona amada y
el alcohol, son lo único que influye en este caso, y puede hacer que las cosas
se compliquen en mayor o menor medida. Aun así un hombre feliz con su pareja no
pondrá en riesgo su relación por norma general, a menos que Megan Fox aparezca
y le quiera comer la oreja.
Las mujeres catalogadas entre nueve y diez, son
esas tías que salen en la tele, películas de cine y revistas, a las cuales jamás conocerás,
y aunque lo hagas por casualidades del destino, para ellas no serás mas que una
simple cucaracha con cara de rata (puaggg, que inmundo hibrido).