Quedarse
“solo en casa” es algo que a todo el mundo le encanta, lo de estar “home alone” a lo Manuly Curry (“Macaulay Culkin” escrito
fonéticamente) mola un porrón, sobre todo cuando vives con tus padres y te la
suda lo que le pueda pasar a la alfombra, las paredes o a cualquier elemento de
la casa no electrónico (ojo con la PS4, la tele o la nevera, que no te las
toque nadie); porque, mis queridos lectores, cuando la lámpara que puede
romperse accidentalmente en una de las fiestas que montas en casa es tuya, así
como la moqueta, que todo el mundo está guarreando, la cosa cambia, no te hace
ni puta gracia que puedan joderte tu “hogar”, cuya hipoteca vas a estar
religiosamente abonando los próximos cuarenta y cinco años. Respecto a aquella
puta lámpara, fue lo único que la jodia
de tu mujer te dejó elegir al amueblar la casa, y aunque es una mierda porque
tienes el gusto en el mismísimo culo, a ti te encanta, de ahí el miedo a su pérdida.
Pongamos
que tus papis se marchan en una semanita o tu parienta se va con los niños y te
deja de “Rodríguez” en unos pocos días. El individuo en cuestión empieza a notar
cómo la ilusión aflora descontrolada en su pecho; la alegría, acompañada del
buen humor, la generosidad y la bondad inundan su persona. Estás más contento
que “Perry” ante la inminente marcha de tus familiares, ante la promesa de
libertad absoluta que acompaña a este hecho. La felicidad e impaciencia serán
cada día que pase más intensas, a medida que nos acerquemos a la fecha de su
marcha.
Por fin llega el momento de despedirse. Si
los que se van son tus papis, te despides solemnemente con promesas de
responsabilidad para demostrar tu más que sobrada madurez. Si se va tu mujer
con los niños, lo suyo será mostrar tristeza e inmediata añoranza, pero ni se
te ocurra llorar colega, porque la cabrona de tu amada esposa sabrá en el
instante que esas lágrimas no son de pena sino de alegría, y de esta forma conseguirás
que la muy perra se vaya intranquila, maquinando maldades contra tu persona y
teniendo el tiempo suficiente para planear una inspección general de lo más
rigurosa a vuestro hogar cuando vuelva del viaje (vamos, que te va caer una
cuando vuelva que te vas a giñar).
Un consejo
muy importante que os voy a dar es el siguiente: escuchad a vuestra madre o en
su defecto a vuestra mujer (que en estas cosas también es tu madre) acerca de
temas relacionados con el uso de electrodomésticos (lavadora y lavavajillas) y el
lugar habitual de “objetos de interés”, como pueden ser: las pinzas de la ropa,
el lugar donde se encuentran las pastillas del lavavajillas , las cantidades de
detergente y suavizante a introducir en la lavadora (muy importante), el
enchufe donde se conecta el aire acondicionado, dónde está la caja de fusibles
(y el procedimiento a seguir en caso de “chispazo” y apagón) y cositas así; que
luego uno necesita cualquier tontería y se pega tres horas buscando para
encontrarlo ¿Que podías haber llamado a tu madre o a tu mujer para saber dónde
está? Claro que sí, pero estás tan feliz solo, que incluso este coñazo de
búsqueda tiene su aquel, y ni te acuerdas de esa posibilidad (por otro lado, yo
no llamo a nadie cojones, o lo encuentro o me compro otro, así soy de chulo
hombre).
Tras este
inciso, volvamos al tomate. Al fin los ves salir por el portal de casa y
ponerse rumbo al coche o al transporte público para iniciar su viaje. Tu madre
o tu esposa te miran con una expresión muy clara en sus ojos: “que Dios nos
pille confesados”. Pero bueno, también sabe que eres un adulto, y que por mucho
que la líes, finalmente sobrevivirás.
No lo puedes
creer, estás solo, todo el castillo es tuyo, puedes hacer lo que te dé la puta
gana, nadie te va a decir nada ¿Por qué? Porque estás “home alone” cojones. A
algunos les da por gritar, cantar, saltar, desnudarse, ingerir grandes
cantidades de alcohol, fumarse un puto cigarro sentado en su butacón del salón
(donde tiene totalmente prohibido hacerlo, por su mujer claro está). Digamos
que hacer el gilipollas es un primer acto impulsivo, que simboliza la caída de
los grilletes y una primera muestra de la nueva libertad adquirida.
Bien, para
ser un buen “Manuly Curry”
vamos a hacer una lista con las cosas indispensables que debes tener o
adquirir:
-
Chándal
ancho y cómodo, como “mono de trabajo” (la marca es irrelevante, a mi me gustan
los de la marca deportiva Puma).
-
Teléfonos
en la agenda del móvil: uno el del Telepizza y el otro el del restaurante Chino
que más te guste del barrio (evidentemente alguien te tiene que dar de comer).
-
Una
buena provisión de cigarretas (si eres fumador).
-
Una
PS4 de puta madre con juegos buenos (Dying Light, Bloodborne, etc.) y una buena tele, si
puede ser.
-
Alcohol
para ti (sobre todo) y para las visitas.
-
Aire
acondicionado en verano, para mantener un clima fresco y adecuado.
Ahora vamos
hacer la lista de “la compra”. Llegará un momento que estés hasta la polla de
comer pizza y wan-tu frito. Esto unido a que se te acabaron las napolitanas de
chocolate para el desayuno, dará lugar a que te veas obligado a bajar al
supermercado más cercano a hacer la compra.
¿Qué
debes comprar? Lo siguiente:
Para el desayuno: donetes, napolitanas, galletas de chocolate,
donuts de sabores variados y en lugar de leche para el cola cao, compras
directamente unos batidos de chocolate, así te ahorras el tener que hacer
mezclas.
Para comer: macarrones,
bacón, lechuga embolsada, salsas para la lechuga, espagueti de esos que vienen hechos
para calentarlos y punto, maíz y cosas de aderezo para la lechuga. Pan de molde
en abundancia, porque evidentemente no vas a bajar a comprar el pan ni un
puñetero día. Si quieres carne y no te conformas con la que entra en la pizza
barbacoa, compra “vuelta y vuelta” de esos de pavo, en un minuto están listos y
están comestibles. Por supuesto compra tomate para tus macarrones, también queso.
Un consejo para no tener que cocinar
en toda la semana: preparar una cazuela enorme de macarrones e ir zampándotelos
a lo largo de la semana. Te fríes bacón, le añades tomate y ale, un puñado de
pasta y ya estás servido.
Para cenar: pizzas
de esas tipo “tarradellas”, bocadelias, pavo y queso. En definitiva cosas para
hacerte sándwiches.
Por supuesto, para acompañar a todo
en general (menos al desayuno), te compras todo tipo de doritos, patatas de múltiples
sabores, pelotazos, etc.
TODO LO
REGARÁS CON ABUNDANTE COCA COLA, NADA DE MARICONADAS TIPO NESTEA O AQUARIUS.
“COKE” EN CUALQUIERA DE SUS VARIANTES.
Pensaréis
que me olvido de la birra, pero de eso nada, teniendo en cuenta que quedarse
solo es como abrir una caja de donetes (realmente te vas a zampar unas cuantas).
Es decir, te van a salir amigos de todas partes. Por ello, y para reducir
costes, les pones como condición para hacer el cafre en tu casa que te traigan
ofrendas de “alcohol y snacks”. Que te traigan birra y patatas fritas, ya me entendéis,
eso de venir con las manos vacías “nanay de la China”, no te jode.
Una vez
aclarado este punto de la alimentación, podemos proseguir:
El siguiente
paso consiste en una reestructuración de la casa, es decir, poner las cosas
donde deberían estar: la PS3 junto a la tele, el sofá pegado a la tele, la
nevera (si Dios te bendice con esa suerte) lo más cerca posible de la tele. El
portátil en la mesa del salón (cosa que odia tu mujer como todo lo
anteriormente citado). Tabaco y móvil también a mano y muchos cojines en el
sofá para poder estar jodidamente cómodo.
Tus malos hábitos
y tu falta de higiene tanto general como personal, hacen que la casa vaya
cogiendo un olorcillo como a “tasca turca” bastante peculiar. Cuando uno está
metido en la atmósfera prácticamente no se entera. Es cuando sales de casa y
vuelves al cabo de un rato cuando aprecias ese pestazo, mezcla de tabaco, gases
humanos, Telepizza, comida china rancia y el clásico olor a muerto producido
por no airear la casa ni un solo día. Como diría “Gordo Cabrón” (Austin Powers),
huele “como un perro muerto encima de un cadáver”.
Horrible pero
solucionable, coges el ambientador de pino, echas medio puto litro y luego te
fumas unos cigarretas, de esta manera te haces parte del entorno y al rato no
te enteras del mal olor. Las chicas pensaréis que esto último es “asqueroso”,
“patético” o “espantoso”, pero lo que es señoras, es…….ADAPTACIÓN AL MEDIO
(pura y dura). No puedes vencerlo así que te unes a él.
Lo pasarás
de puta madre con los amigos, si hay partido a tu casa a verlo todos, partidas
de póker, torneos de Pro Evolution Soccer (no de FIFA de mierda de ese para
putas y maricones) y videojuegos en general. Todas estas actividades bien
regadas de birra, cigarretas y pizza. Vamos, que te vas alcoholizar más que
David Duchovny en “Californication” (gran serie por cierto, la recomiendo). Inevitablemente tendrás que acoger a algún amiguete
borrachuzo bajo tu techo, limpiar alguna guarreria tuya o de otros, cositas así.
De fregar ni te preocupes: si has sido listo pilotas el uso del lavavajillas, así
que “ole tu pene”.
Si estás en el caso de
que se han ido tus papis, y tienes una novia, pues cuando vaya a tu casa, el
fin de semana por ejemplo, aparte de follártela como un mono en todos los
rincones de casa, la chica puede tener dos maneras de enfocar tu cerdez:
1- Es tan gorrina como tú, te obliga a
ducharte porque lo necesitas de verdad, pero se acopla a tu desorden, coge un
mando de la PS3 y a darle caña al tema. Esto
mola en principio, pero al final, su mierda se suma a la tuya y como no te
ayuda a limpiar, pues te comes el marrón tú solo.
2- Es una tía normal (una mujer normal
es limpia y pulcra por naturaleza, además de maniática en el tema). Te va a
poner de cerdo para arriba, puede que se chive a tu madre de lo cerdo que eres,
te obliga a ordenar todo lo que tenías montado, el sofá a su sitio, la PS4 a tu
cuarto, el portátil también, y cuando ve la nevera con un alargador en el
pasillo, no hace falta ni que te hable, corres como alma que persigue el
demonio a ponerla en su sitio. Lo bueno es que ella no soporta ni la suciedad
ni ver lo patán que eres limpiando, por lo que como mínimo te echará una mano. Si
tienes mucha suerte incluso te quitará de en medio para hacerlo ella (jeje, la
lotería te ha tocado si te pasa esto macho, pobrecita mia).
Aun con su ayuda, quedará trabajo por hacer. Una casa sufriendo tu
gorrinez durante una semana es mucha tela, así que tendrás que poner la
lavadora, fregar, pasar la aspiradora, hacer las camas, airear intensamente la
casa (aunque da igual, porque el olor que has dejado con tanto esfuerzo, tardará
meses en desaparecer) y limpiar el polvo (pero de verdad, no solo pasando la
gamuza por donde se ve la ful).
También debes eliminar toda prueba referente a las cosas que te has
cargado (al estar borracho o por torpe), pensar historias elaboradas para echar
la culpa a otros sobre los estropicios varios e intentar dejar lo movido
(sofás, neveras y demás) en su lugar exacto y sin marcas en el suelo.
Pasarlo bien y
hacer el gañán da lugar a que se te pase muy rápido este tiempo de soledad, por
lo que disfrútalo a tope, pero con cuidado siempre, no es cuestión de que te
desmelenes y te cargues toda la casa.
Finalmente la felicidad del reencuentro con tus padres o tu parienta hace
que pasen por alto el olor a taberna, ver el sofá diez centímetros desplazado a
la derecha y esa extraña mancha amarilla en la pared. Para los que vuelven, ver
que sigues vivo (aunque mucho más gordo) y que la casa está bien a un 70% es suficiente,
ya habrá tiempo para examinar los desperfectos y pedirte cuentas. Los que te
quieren no se van a enfadar contigo por hacer todo lo que ellos también
hicieron en su momento al ser jóvenes (caso de tus papis) o cuando ella se
queda sola (tu parienta y sus fiestas de pijamas para borrachas). Lo malo, los
hijos, que con los años van tomando nota de las charlas que te pega tu mujer
por este tema, y cuando ellos se queden solos….. “TEN MIEDO”, EL ALUMNO SIEMPRE
SUPERA AL MAESTRO.