martes, 21 de mayo de 2013

ÑAPAS DOMESTICAS


                                             
                                         Hace mucho tiempo, un par de años, más o menos, escribí una entrada que tuvo una gran acogida entre las féminas, la titule “Tareas no programadas”, en ella ponía de manifiesto la inutilidad del hombre a la hora de desempeñar determinadas labores, que las mujeres suelen solventar sin grandes problemas, por norma general, porque también hay cada cabestra que alucinas, incapaz de hacer la “o” con un canuto.

                    En definitiva una serie de tareas que nuestros cerebros masculinos no computan, no podemos desarrollarlas con eficiencia. Es imprescindible la ayuda de una mujer para poder llevarlas a cabo, necesitamos de vuestros consejos, comprensión y constante supervisión. Aprendemos a base de “ensayo y error”, somos como monos y necesitamos cagarla muchísimas veces para aprender.

Hoy analizare los arreglos domésticos, un gran clásico.

 

                                                        -ÑAPAS CASERAS-

                                      A los tíos se nos presupone la habilidad de ser unos “manitas”, capaces de reparar muchas cosas de la casa, sobre todo cosas básicas y que no tienen una gran dificultad, pero la realidad, dura como ella sola, es que no somos capaces de hacer prácticamente ninguna chapuza (por norma general, también hay tíos muy capaces, pero muy poquitos).

Esta “fama” se la debemos, los hombres modernos, a nuestros padres y abuelos, que si eran capaces por si mismos de lidiar con muchos problemas caseros, con suficiencia y categoría. Tenían alguna que otra ventaja, los electrodomésticos duraban casi toda la vida (no solían estropearse nunca), solo había un tipo de bombillas (no como ahora que tenemos cuatrocientos tipos diferentes) y sobre todo, que sus padres (nuestros yayos) cuando niños les enseñaron a hacer muchas ñapas en la casa. Los niños de antes no tenían móviles, portátiles o ps3, y los padres tenían menos canales de televisión y por lo tanto un volumen mucho menor de retransmisiones deportivas. Por ello tenían mas tiempo para aburrirse y cuando algo se estropeaba en casa, pues de puta madre, uno a arreglarlo y el nene a mirar para aprender de su “papi”.

En la actualidad, y principalmente por la ps3 y Canal Plus deportes, este vinculo paterno-filial ha desaparecido, padre e hijo no suelen hacer actividades  juntos por lo general  y menos aun arreglar cosas que se hayan estropeado en casa, “papi” prefiere llamar a un técnico para que lo repare, en los casos que (y ojo al parche) mama no pueda solucionarlo.

Pongamos un ejemplo para dejar bien clara esta incapacidad del hombre a la hora de llevar a cabo arreglos domésticos:
 

                                        Se jode una persiana.
 

                                  Destornillador en mano te pones al tema con rigor científico, analizando cada detalle y cada paso a seguir para poder solucionar tan terrible problema, más de uno aprovecha para ponerse aquel peto vaquero que se compro por influencia diabólica de Jesús Vázquez en los noventa, e incluso alguno más flipado se pone su cinturón para herramientas que compro con el treinta por ciento de descuento en el Leroy Merlin. Los tíos somos así, es como cuando jugamos al futbol, nos compramos espinilleras, botas, medias, camiseta, pantalón, calentadores y algún complemento chulo como una pulserita de goma de Nike o unas muñequeras, vamos que nos equipamos a tope, y ya ves tú, para agitar la barriga unos cuatro minutos y medio en el campo, que es lo que aguantas corriendo (o intentándolo) antes de echar el bofe. El hábito no hace al monje, por mucho que te disfraces ni eres CR7, ni adquieres conocimientos sobre carpintería o fontanería.

Al lio, levantas el cajetín de madera de la persiana, tras haber sacado los tornillos cuidadosamente y haberlos colocado en la mesita muy ordenaditos en una filita, y hay esta la jodia enrollada (de una forma antinatural, casi demoniaca), le pegas un tirón (estas empezando a ser poco sutil) y no consigues mejorar la situación, sino que la empeoras, aun así le pegas una par de meneos más y nada de nada (adiós sutilezas), por ello empiezas a enfurecerte de manera progresiva, un poquito más en cada ostión que le pegas al cacharro de mierda este. Pierdes los nervios y empiezas a cagarte en todo (insultando a la persiana y a sus ancestros) y pegándole unos meneos al tambor que no solo vas a caerte de la escalera, también te vas a llevar media pared contigo al suelo.

Has estudiado la situación, has sido riguroso (sobre todo colocando los tornillitos en una perfecta fila de a uno sobre la mesa) y finalmente te has dado cuenta de que no tienes ni puta idea de cómo cojones desenredar la puta persiana hija de la gran puta y como no, tu reacción ante este hecho incontestable es la violencia y con ello la destrucción.

Tras tres horas gritando barbaridades entra tu mujer en la habitación, te intenta calmar como buenamente puede, aunque la estés agrediendo verbalmente con lindezas como “¿te crees que soy un inútil cojones? ¿No sabrás tu quien coño a tocado esto?, etc. En este intento suyo de relajarte, no solo no lo conseguirá sino que será declarada oficialmente “culpable” del caso “persiana” (como no, cuando no nos salen las cosas lo suyo es colocarle el marrón a otro, esto es algo muy habitual en todos los seres humanos, sean hombres o mujeres). Tras esta sentencia que te exonera de toda culpa, te pegaras veinte minutos rebuznando gilipolleces para afianzar tu posición y que tu mujer vea claro que ella tiene la culpa y que tu solo eres una víctima de su falta de cuidado con las cosas, tras ello, y lleno de ira homicida, te marchas dando un portazo (eres un machote), convencido de que no hay nada que hacer y que tu mujer fracasara en el intento de reparar la dichosa persiana.

Pero de eso nada, en diez minutos tu mujer sale de la habitación y la persiana esta arreglada, el desastre que organizaste recogido y la ropa que tenía en las manos cuando entro a ver como estabas, guardada en sus respectivos cajones. ¿Qué consigue con ello?

Que te encabrones aun mas, ya que ha quedado demostrado que eres un “gañan”.

 Cuando te ve enfurruñado como una mona en el sofá, se acercara para consolarte y hacerte sentir mejor, para que no te sientas un inútil (aunque lo seas) y si la pobre te quiere encima te mimara y todo acabara en besos y risas, con una disculpa tuya por cabrearte tanto con ella y encima sintiéndote menos patán, gran error de las féminas, pero mejor eso que tenerte encabronado en el salón viendo el futbol sin parar.

Conclusiones: El hombre en el 96,4 % de los casos carece de “paciencia” (fundamental para controlar los nervios), de capacidad de observación  (fundamental para detectar el problema y sus posibles soluciones) y de las habilidades psicomotrices necesarias para realizar la reparación, nuestras manos más grandes y toscas nos hacen mucho menos habilidosos, más bien torpes y nuestra mayor fuerza suele llevarnos a forzar las cosas y a romperlas sin más, así que en lugar de mejorar el tema, lo solemos empeorar bastante.

Por ello, cambiar bombillas (de las normales, nada de cosas raras) y hacer algún agujero con el taladro (pero pequeñito que las paredes de ahora se caen con facilidad) suelen ser nuestra única habilidad. Para el resto de cosas probar vosotras mismas y si necesitáis a un hombre para que os ayude descolgar el teléfono y llamar a uno que tenga la formación necesaria para solucionar el percance.


miércoles, 15 de mayo de 2013

MONSTRUOS (VAMPIRO)


                        
                                        El no- muerto, rey de la noche, demonio de la sangre, succionador de yugulares, seductor de doncellas y también patán blanquecino hortera con un más que “serio” problema con la luz solar.

La mayoría de estos “chupasangres” son seres de avanza edad, quiero decir, que la mayoría tienen tropecientos años, fueron convertidos en rata voladora en la antigüedad, y se han tenido que adaptar a los cambios del mundo que les rodea, lo cual supongo que debe suponer un esfuerzo intelectual terrible, aprender nuevos idiomas, las diferentes formas de relacionarse socialmente, informática con todo el rollo del MS2 en primera instancia, para luego tener que seguir con el internet y sobrevivir  a todas las guerras que provocan los majaras de los “humanos”.

 En definitiva, entre víctima y victima a empollarte un libraco de Inglés, si eres un vampiro español no tienes ni puñetera idea, que convertirte en uno de ellos  no implica “adquisición de idiomas por enrrechupamiento” así que vas a tener que aprender para poder viajar por Europa resecando a incautos, vale, no es necesario que hables con tu víctima, pero ponte a razonar el tema del trasporte de tu ataúd de aquí para allá sin tener ni puta idea de idiomas, acabas en un psiquiátrico echando chispas (y por tanto “requemao” en tu habitación con las primeras luces del alba). Al principio será un poco penoso, porque intentaras seducir a la peña con tu inglés de Albacete….. “yo drinking tu blood mi lady”….. y no habrá manera de que te tomen en serio hasta que te los cargues (y con saña, no se estaba descojonado el muy subnormal de ti). Acabaras en una academia nocturna para conseguir aprender el puto idioma. Lo que no sabes es que más tarde tendrás que empezar con el alemán, luego con el chino, etc. Pero bueno, tiempo te sobra, porque eres inmortal, a menos que seas tan subnormal de ponerte a tomar el sol en Gandía, pero eso sí, vas acabar de estudiar mandarin hasta los mismísimos cojones.

                      Para ser uno de ellos, pues lo de siempre, estar en el sitio equivocado en el momento más inoportuno, vamos que te cruces con uno que tenga más hambre que un pakistaní y te desangre vivo. Este sería el supuesto “estándar” en el que te conviertes en vampiro solo por la mordedura de sus afilados colmillos (como en el caso de los hombres lobo), en otras versiones a menos que bebas sangre del vampiro que te merienda no te transformas, simplemente te mueres, así que para que ocurra, pues va ser cosa del vampiro que quiera comerte, tienes que haberle caído simpático al cabronazo este, o que tu culo le guste mucho, si es un “vampiriquita” (un vampiro mariquita) no bebas de su sangre, imagina lo que es aguantar una loca toda la eternidad, mejor que te mate a que te torture durante los siglos venideros con sus gilipolleces y su vocecilla afeminada. Si es una vampiresa buenorra a rabiar que te haga lo que le salga de las narices y le metes un tiento a su sangre como si fuera Don Perignon, siglos de orgias y sangre te esperan, te ha tocado el gordo, si es una gorda, no bebas su sangre, mejor diñala, que esa es gorda para siempre, es una “no-muerta” y no puede adelgazar, imagínate lo majara que esta y la puta brasa que te va a dar.

Se supone que el uso de tus poderes y demás precauciones solares que debes tomar te los enseña tu vampiro “creador” que te tomara bajo su protección hasta que puedas valerte por ti mismo, con el tiempo tomar caminos separados será cosa vuestra (si está muy buena no te sueltes de sus sedosas faldas).

 

                          Hay muchas versiones sobre los vampiros, en lo referente a las transformaciones de los mismos en seres de la noche, en bichufos malignos, Bram Stoker proponía múltiples: lobo, murciélago, baboso enamoradizo, rata y en una mierda de niebla. En otros casos y por norma general solo se transforma en rata voladora (murciélago) y en neblina cochinera, o al menos tiene el poder de generarla (espero que no a base de eructos choriceros) usándola para acojonar a sus víctimas (“¡noooooo niebla!, se me va a rizar el pelo”…......sin comentarios, vaya mega poder).

 Por lo que la transformación “base” seria en murciélago, su única utilidad, volar de aquí para allá, pero no largas distancias, en el fondo eres un bicharrufo que por muy grande que seas no eres precisamente un jet a reacción. Para colarte por las ventanas de las casas es útil, y una vez dentro generas la niebla, le jodes el peinado a la churri que has elegido para alimentarte y cuando este en el baño repeinándose, la metes un buen “bocao” en la garganta (al final la niebla va a ser útil también).

                                 En cuanto a los poderes, lo mejor, súper- fuerza, súper- velocidad, inmortalidad relativa (puedes cascar con una serie de cosas) y el poder del control mental sobre los humanos, vital para engatusar a la gente y que no se pongan a gritar como gorrinos cuando les succiones el pescuezo.

Nadie puede detenerte, de noche claro, de día tienes que esconderte bien, en un ataúd cómodo (si es que hay alguno así) o bajo tierra como una lombriz. Eres vulnerable así que ojito que te dan una dosis de rayos-uva y la palmas “entre terribles sufrimientos”.

De noche pueden joderte clavándote una estaca en el corazón o mediante la decapitación, así que lo mejor será no cantearse demasiado y andar con pies de plomo no vaya a cruzarse contigo un “Van Helsing” de los cojones y te vaya a putear hasta acabar contigo.

                           Ser un vampiro en España puede ser un coñazo, eso sí, estarías a salvo, porque hay tanto falto por metro cuadrado que no te va a escasear el alimento, y debido a este “faltismo” generalizado no vas a tener que molestarte ni en usar tus poderes de control mental, ¿para qué?.

No debes crear una prole demasiado grande, son españoles, son vagos, caraduras y te chuparan la sangre “metafóricamente” claro. Son una manada de inútiles, así que acabarás teniendo que alimentarlos personalmente y como encima son unos golfos más de uno palmará delante de todo el mundo con un horrible bronceado, todo problemas (llamando la atención de los “Van Helsing”).  

Mejor montárselo en plan solitario aunque ojito con tu acento de Europa del este (si lo tienes) y tus finas vestimentas (si tienes cojones de ponértelas), pues puedes parecer un vulgar rumano vestido de gilipollas o un mariposón de la pradera con aires “retro”.  

Modernízate respecto a la ropa, pule ese cutre- acento y ale a chuparle la sangre a la Carbonero por ejemplo, pero nada de convertirla que mira lo bien que le ha ido a Casillas.

                             Dominas mentes, revientas cráneos, te cuelgas boca abajo y le sacas partido al ataúd, si te lo montas bien puedes vivir como un crápula durante siglos, machacando a quien te moleste, cepillándote una lerda diferente cada noche y trincando sangre como una mula. “Pero no volveré a ver la luz del día”, que le den al sol por donde amargan los pepinos, soy inmortal y a casi todos los efectos “Superman”, que se jodan los amaneceres y esas mariconadas (que ya tengo bastante con el curso de informática y el de inglés para quebrarme la cabeza).

                          Un último detalle importante es lo referente a la erección en los vampiros macho, la vampira hembra con vaselina o lubricante lo tiene fácil, pero al macho como no se le ponga el tema firme esta jodido, porque si la colita no te tira “el follar se va a acabar”, y si esto es así queridos lectores, mejor que me liquiden, porque paso de ser inmortal sin poder mojar, eso sí que sería la peor de las condenas, así que…..si una noche os cruzáis con un hortera de ojos rojos y tras succionaros casi toda la sangre os pregunta si os queréis unir a él en las tinieblas, no seáis gilipollas y preguntarle si os va a funcionar el manubrio, y si la respuesta es “no” que se meta su macabra oferta por donde le quepa.