martes, 18 de junio de 2013

CUIDAR NIÑOS

 

                                             Repasemos las cualidades innatas en una madre: responsabilidad, amor, disciplina, autosuficiencia (fundamental), entrega ilimitada y generosidad absoluta hacia sus nenes, estas cualidades las convierten en el eje fundamental e imprescindible en la educación de sus hijos. No hay situación que no puedan hacer frente, ni problema que no puedan resolver (por norma general, que también hay cada cabestra….).

Cualidades generales de un hombre cuando quiere hacerse el “padre”: impaciencia, cabestrismo, irresponsabilidad y la peor de todas, la incapacidad de resolver los contratiempos que se vayan ocasionando, consiguiendo incrementarlos normalmente, culpando de todo lo que ocurra, como no, a la parienta.

                        Al ser padres los hombres se vuelven más atentos con sus pequeños e intentan ser más responsables y pacientes, lo cual no garantiza que en la mayoría de los casos lo consigan.

Por ello “mamá”  es el “poli malo”, al ser la que se come todos los marrones que ocasionan los críos y tener que darles solución con decisiones no muy populares para sus hijos.

“Papi” es evidentemente el “poli bueno”, ya que el noventa por ciento del tiempo esta a lo suyo, a su bola, Ps3, deportes y demás cosas chulas y divertidas. No suele meterse en los berenjenales que montan los críos a menos que afecten a la televisión o la nevera de manera directa.

Muchas veces “mami” prefiere que no se entere de estos “acontecimientos” para que “papi” no se pille un rebote “diabólico” y la lie aun mas. Si papa no va a aportar una mierda, mejor dejarle con sus gafas 3D viendo la tele.

 

                          La mujer tiene genéticamente grabado como cuidar a sus  hijos, desde pequeña va haciendo sus prácticas con los “nenucos” y luego con los sobrinos y primos pequeños que van naciendo. Su instinto maternal está muy arraigado en su interior, son ellas las que paren a los nenes, su vínculo con ellos es muy profundo, mucho más que el que se genera con el padre, por mucho que este disfrace al peque de CR7 y lo lleve al Bernabéu. El niño quiere estar más con su padre por esto, pero cuando tenga algún problema realmente chungo, si es medio listo, recurrirá a su madre (lo tiene bien aprendido, lleva viendo a su padre acudir  a su madre cada vez que la lía parda toda su vida).

Pero mamá también se pone enferma, le surgen compromisos y situaciones en las que, y en contra de su voluntad, los nenes no pueden acompañarla (el padre ni lo menciono). Es en este momento donde “paaaapa” tendrá que demostrar lo que vale como tal.

 

Como no, un ejemplo para clarificar las cosas:

                  Mamá se marcha a pasar el día  con las put… digooooo con sus más intimas amigas, así que a partir de las diez de la mañana del sábado que ha quedado y hasta la noche, papa y sus monstruos tendrán que sobrevivir por sí mismos.

Ante esta situación, la reacción de los niños es la rebeldía y la desobediencia, esto se produce porque ellos mismos perciben un terrible vacío de autoridad, mamá no está y a papa se le quiere, pero no se le respeta, esto da lugar, inevitablemente, a la anarquía (en su estado más puro e insoportable).

La reacción física en el padre se traduce con un helado goterón de sudor que parte desde la nuca hasta la raja de su culo, acompañado de la falta de oxigeno que le ocasionan sus genitales al presionar su garganta, actos reflejos  que representa el profundo terror que siente por los acontecimientos venideros.

Los niños huelen tu miedo, tu falta de autoridad es absoluta, ellos lo saben, solo tienes dos armas, una, comprarles con regalos y la otra suplicarles y humillarte. Lo de chivarte a mamá no sirve, saben que no lo harás para quedar de puta madre delante de ella, contándole la milonga de lo bien que lo habéis pasado y lo buenos que han sido.

Los niños son unos cabronazos así que vas a pasar las de Caín, te van a putear hasta que te de un ataque de nervios y encima van a disfrutar haciéndolo, vas a pagar, y con creces, cada castigo y  colleja que has osado darles.

                    El día comienza, a echarle cojones y darles el desayuno, nadie va a probar bocado, la cocina va a acabar hasta las trancas de mierda y tus nervios a los tres minutos estarán ya al límite. Ellos desayunan normalmente porque mamá sabe como manipularles para que lo hagan, tú empleas la fuerza bruta y las amenazas verbales, que como resultado, dan lugar a que los niños acaben de broza hasta las pestañas, al no abrir la boca para ingerir los alimentos, esta va cayendo al suelo, a su ropa, a la tuya, en la mesa, etc. Encima tus vecinos con el 091 marcado en el teléfono por el pedazo de escándalo que estáis montando, los pobres no saben ya que pensar, porque parece que os han secuestrado y un tal “Frosties” os esta torturando.

Los pijamas a la lavadora, evidentemente, ahora todo el mundo a vestirse, otra guerra que no ganaras, se pondrán lo que les dé la gana, así que lo más probable es que los lleves al parque a uno disfrazado de Batman, a la otra de bailarina y al pequeño con la camiseta del pijama y en calzoncillos, eres un ejemplo de autoridad y disciplina (jajajajaja). Todo Cristo te mira como si fueras un gitano rumano, porque tú también vas hecho un cerdo, lleno de manchas del desayuno y con los pantalones si abrochar.

En el parque, un millón de sustos acompañados de dolores agudos en tu pecho y en tu brazo izquierdo, sobre todo cuando Bartolito está metiendo la mano en el cajetín eléctrico de la farola (cabrón de niño).

Ale, tras jurarles por lo más alto que por la tarde volverán al parque, a casa a comer, a la puta guerra más bien, lo mismo que en el desayuno, pero esta vez comen algo porque los jodios cabestros tienen hambre (tanto gritar y correr, al final da gusa). La ropa que llevaban durante la comida a la lavadora, incluida la tuya.

Tras hablar con la policía, tus vecinos con este segundo escándalo han dado aviso por si las moscas, intentaras que los cabronazos estos se vayan a dormir un rato la siesta, pero claro, están hiperactivos, les has comprado sesenta kilos de chucherías en el parque, les sale el azúcar por las orejas, para dormir están los jodios, así que tu única opción para que se estén quietos será ponerles una peli de esas que les gustan tanto, la de los leones y los conejitos, si joder,  esa de la princesa y el bichufo ese que va de gracioso y en realidad es subnormal………vamos que les pones 300 y que se traumaticen un poco los niños estos de los cojones, así entre mutilación y mutilación se les baja el azúcar, aunque puede que ocurra todo lo contrario y se sobreexciten aun mas, pero es un riesgo que has de tomar, no hay otra alternativa (matar o morir).

Termina el DVD, les explicas que todo es ficción y que todos los señores de la peli están forrados de dinero y están en el Caribe de puta madre tomando cocteles y tirándose fulanas, los nenes no lo entenderán del todo pero más o menos si. ¿Qué hacemos ahora?, al puto parque, así que a dejarlos llenarse de arena y cochinada en general y a ver si hay menos putos viejos que por la mañana porque no hay sitio en donde cojones sentarse. Muchos mas sustos terroríficos, mas pruebas extremas para tu corazón y tus nervios, y algún que otro enfrentamiento verbal con algún padre o madre de otros niños, tienes que enseñarle a Rodolfito que plantar un cagote en el hueco del tobogán es algo que no se debe hacer y que no le va a hacer muy popular entre el resto de niños.

Puede que hasta te rías y te lo pases bien haciendo el gilipollas con los críos, recuerdes tu “toque” cuando juegues con ellos a la pelota y te sientas mas unido a ellos. Sera un subidón emocional constante ya que a ratos los venderías por órganos y en otros los abrazarías durante horas.

Cuando estén reventados de cansancio para casa, después de soportar setecientas veces la clásica pregunta “¿podemos quedarnos un ratito más?

Una vez en casa todos a la bañera, el que no quiera, lo coges por la cintura y al agua, con cuidado, sin lazar al niño, no vayas a abrirle cabeza contra la pared. Guarrearan como nunca y habrá más agua fuera que dentro de la bañera, mas gritos y cafrotadas, pero ya da igual, te han vencido así que a cerdear con ellos, que importa, mamá está a punto de llegar, gracias a Dios.

Alargas la hora de la cena hasta que llega tu mujer, si puedes claro, porque si llega a las doce de la noche y los niños están sin cenar te pide el divorcio. Limpias todo lo que puedes mientras llevas en la chepa a Bartolito y te tomas el té imaginario que te ha servido Manolita.

Todo acabara cuando suene el timbre de casa y mamá al fin, cuide otra vez de todos nosotros.