Repasemos
las cualidades innatas en una madre: responsabilidad, amor, disciplina,
autosuficiencia (fundamental), entrega ilimitada y generosidad absoluta hacia
sus nenes, estas cualidades las convierten en el eje fundamental e
imprescindible en la educación de sus hijos. No hay situación que no puedan
hacer frente, ni problema que no puedan resolver (por norma general, que también
hay cada cabestra….).
Cualidades
generales de un hombre cuando quiere hacerse el “padre”: impaciencia, cabestrismo,
irresponsabilidad y la peor de todas, la incapacidad de resolver los
contratiempos que se vayan ocasionando, consiguiendo incrementarlos normalmente,
culpando de todo lo que ocurra, como no, a la parienta.
Al ser padres los
hombres se vuelven más atentos con sus pequeños e intentan ser más responsables
y pacientes, lo cual no garantiza que en la mayoría de los casos lo consigan.
Por ello “mamá”
es el “poli malo”, al ser la que se come
todos los marrones que ocasionan los críos y tener que darles solución con
decisiones no muy populares para sus hijos.
“Papi” es
evidentemente el “poli bueno”, ya que el noventa por ciento del tiempo esta a
lo suyo, a su bola, Ps3, deportes y demás cosas chulas y divertidas. No suele
meterse en los berenjenales que montan los críos a menos que afecten a la televisión
o la nevera de manera directa.
Muchas veces
“mami” prefiere que no se entere de estos “acontecimientos” para que “papi” no
se pille un rebote “diabólico” y la lie aun mas. Si papa no va a aportar una
mierda, mejor dejarle con sus gafas 3D viendo la tele.
La mujer tiene genéticamente
grabado como cuidar a sus hijos, desde
pequeña va haciendo sus prácticas con los “nenucos” y luego con los sobrinos y
primos pequeños que van naciendo. Su instinto maternal está muy arraigado en su
interior, son ellas las que paren a los nenes, su vínculo con ellos es muy
profundo, mucho más que el que se genera con el padre, por mucho que este
disfrace al peque de CR7 y lo lleve al Bernabéu. El niño quiere estar más con
su padre por esto, pero cuando tenga algún problema realmente chungo, si es
medio listo, recurrirá a su madre (lo tiene bien aprendido, lleva viendo a su
padre acudir a su madre cada vez que la lía
parda toda su vida).
Pero mamá también
se pone enferma, le surgen compromisos y situaciones en las que, y en contra de
su voluntad, los nenes no pueden acompañarla (el padre ni lo menciono). Es en
este momento donde “paaaapa” tendrá que demostrar lo que vale como tal.
Como no, un ejemplo para clarificar
las cosas:
Mamá se marcha a pasar el día
con las put… digooooo con sus más
intimas amigas, así que a partir de las diez de la mañana del sábado que ha
quedado y hasta la noche, papa y sus monstruos tendrán que sobrevivir por sí
mismos.
Ante esta situación,
la reacción de los niños es la rebeldía y la desobediencia, esto se produce
porque ellos mismos perciben un terrible vacío de autoridad, mamá no está y a
papa se le quiere, pero no se le respeta, esto da lugar, inevitablemente, a la anarquía
(en su estado más puro e insoportable).
La reacción física
en el padre se traduce con un helado goterón de sudor que parte desde la nuca
hasta la raja de su culo, acompañado de la falta de oxigeno que le ocasionan
sus genitales al presionar su garganta, actos reflejos que representa el profundo terror que siente
por los acontecimientos venideros.
Los niños
huelen tu miedo, tu falta de autoridad es absoluta, ellos lo saben, solo tienes
dos armas, una, comprarles con regalos y la otra suplicarles y humillarte. Lo
de chivarte a mamá no sirve, saben que no lo harás para quedar de puta madre
delante de ella, contándole la milonga de lo bien que lo habéis pasado y lo
buenos que han sido.
Los niños
son unos cabronazos así que vas a pasar las de Caín, te van a putear hasta que
te de un ataque de nervios y encima van a disfrutar haciéndolo, vas a pagar, y con
creces, cada castigo y colleja que has
osado darles.
El día comienza, a echarle
cojones y darles el desayuno, nadie va a probar bocado, la cocina va a acabar
hasta las trancas de mierda y tus nervios a los tres minutos estarán ya al límite.
Ellos desayunan normalmente porque mamá sabe como manipularles para que lo
hagan, tú empleas la fuerza bruta y las amenazas verbales, que como resultado,
dan lugar a que los niños acaben de broza hasta las pestañas, al no abrir la
boca para ingerir los alimentos, esta va cayendo al suelo, a su ropa, a la tuya,
en la mesa, etc. Encima tus vecinos con el 091 marcado en el teléfono por el
pedazo de escándalo que estáis montando, los pobres no saben ya que pensar,
porque parece que os han secuestrado y un tal “Frosties” os esta torturando.
Los pijamas
a la lavadora, evidentemente, ahora todo el mundo a vestirse, otra guerra que
no ganaras, se pondrán lo que les dé la gana, así que lo más probable es que
los lleves al parque a uno disfrazado de Batman, a la otra de bailarina y al
pequeño con la camiseta del pijama y en calzoncillos, eres un ejemplo de
autoridad y disciplina (jajajajaja). Todo Cristo te mira como si fueras un
gitano rumano, porque tú también vas hecho un cerdo, lleno de manchas del
desayuno y con los pantalones si abrochar.
En el
parque, un millón de sustos acompañados de dolores agudos en tu pecho y en tu
brazo izquierdo, sobre todo cuando Bartolito está metiendo la mano en el cajetín
eléctrico de la farola (cabrón de niño).
Ale, tras
jurarles por lo más alto que por la tarde volverán al parque, a casa a comer, a
la puta guerra más bien, lo mismo que en el desayuno, pero esta vez comen algo
porque los jodios cabestros tienen hambre (tanto gritar y correr, al final da
gusa). La ropa que llevaban durante la comida a la lavadora, incluida la tuya.
Tras hablar
con la policía, tus vecinos con este segundo escándalo han dado aviso por si
las moscas, intentaras que los cabronazos estos se vayan a dormir un rato la
siesta, pero claro, están hiperactivos, les has comprado sesenta kilos de chucherías
en el parque, les sale el azúcar por las orejas, para dormir están los jodios, así
que tu única opción para que se estén quietos será ponerles una peli de esas
que les gustan tanto, la de los leones y los conejitos, si joder, esa de la princesa y el bichufo ese que va de
gracioso y en realidad es subnormal………vamos que les pones 300 y que se
traumaticen un poco los niños estos de los cojones, así entre mutilación y mutilación
se les baja el azúcar, aunque puede que ocurra todo lo contrario y se
sobreexciten aun mas, pero es un riesgo que has de tomar, no hay otra
alternativa (matar o morir).
Termina el
DVD, les explicas que todo es ficción y que todos los señores de la peli están forrados
de dinero y están en el Caribe de puta madre tomando cocteles y tirándose fulanas,
los nenes no lo entenderán del todo pero más o menos si. ¿Qué hacemos ahora?,
al puto parque, así que a dejarlos llenarse de arena y cochinada en general y a
ver si hay menos putos viejos que por la mañana porque no hay sitio en donde
cojones sentarse. Muchos mas sustos terroríficos, mas pruebas extremas para tu corazón
y tus nervios, y algún que otro enfrentamiento verbal con algún padre o madre
de otros niños, tienes que enseñarle a Rodolfito que plantar un cagote en el hueco
del tobogán es algo que no se debe hacer y que no le va a hacer muy popular
entre el resto de niños.
Puede que
hasta te rías y te lo pases bien haciendo el gilipollas con los críos,
recuerdes tu “toque” cuando juegues con ellos a la pelota y te sientas mas
unido a ellos. Sera un subidón emocional constante ya que a ratos los venderías
por órganos y en otros los abrazarías durante horas.
Cuando estén
reventados de cansancio para casa, después de soportar setecientas veces la clásica
pregunta “¿podemos quedarnos un ratito más?
Una vez en
casa todos a la bañera, el que no quiera, lo coges por la cintura y al agua,
con cuidado, sin lazar al niño, no vayas a abrirle cabeza contra la pared.
Guarrearan como nunca y habrá más agua fuera que dentro de la bañera, mas
gritos y cafrotadas, pero ya da igual, te han vencido así que a cerdear con
ellos, que importa, mamá está a punto de llegar, gracias a Dios.
Alargas la
hora de la cena hasta que llega tu mujer, si puedes claro, porque si llega a
las doce de la noche y los niños están sin cenar te pide el divorcio. Limpias
todo lo que puedes mientras llevas en la chepa a Bartolito y te tomas el té
imaginario que te ha servido Manolita.
Todo acabara
cuando suene el timbre de casa y mamá al fin, cuide otra vez de todos nosotros.