A todos nos
gusta de vez en cuando pillarnos algún pedete, tomando unas cañas, saliendo de
fiesta o en la comunión del primo Antoñito. El alcohol nos desinhibe, nos ayuda
a relajarnos y a ser más felices, aunque solo sea un rato. Nos permite olvidar
nuestras penas y saca nuestros instintos más primarios a la luz, así que
gritamos más, nos movemos más y nuestras ganas de aparearnos son muchísimo
mayores.
La ingesta
de alcohol no tiene porque ser algo malo, a menos que para desayunar te tomes
una cerveza (eso es un síntoma peligroso a tener en cuenta), en algunas ocasiones puede ayudarnos
a quitarnos los complejos (y la camiseta) y a hacer o decir cosas que jamás haríamos
o diríamos si estuviéramos sobrios, nos suelta peligrosamente la lengua, tanto metaforica como fisicamente hablando.
Como con
todo, el alcohol puede ser más o menos beneficioso en función de la cantidad
que ingiramos, distinguimos tres estados en función del grado de alcoholismo
del individuo.
1-ALEGRE (CON EL PUNTILLO)
En este grado de embriaguez aun
riges con normalidad, simplemente estas más exaltado, más feliz, con energía para
bailar, cantar y pasarlo lo mejor posible, tus ganas de divertirte y divertir
se multiplican.
Beneficios: al estar más animado se desactivan
algunos de tus complejos, es decir, te sientes mas cómodo y capaz, tus habilidades
sociales mejoran en relación a los que te rodean y están “alegres” como tú.
Acercarte a la chica que te gusta, hablarle con más confianza e incluso
insinuarte, son algunos de los súper poderes que te proporciona el alcohol.
Desventajas: estar alegre te puede llevar a
hablar en exceso (se te suelta la lengua peligrosamente), lo cual lleva, a que
los demás individuos que no van como tú, te consideren un brasas de los
cojones. Hacer el subnormal tampoco ayuda a mejorar tu imagen respecto al resto
de individuos “sobrios”, que son una "manada de amargados" para ti en estos momentos.
Seguimos
bebiendo tan ricamente, así que llegamos al segundo estado:
2-PEDO
En este punto te empieza a importar
muy poco o nada lo que piensen los demás de ti, solo quieres divertirte y hacer
el mongolo.
Aun eres
consciente de tus complejillos, pero vamos, que en tres copazos mas, sabes de
sobra, que te vas a quitar la camiseta y a lucir el barrigote.
Estas a
punto de convertirte en un borrachuzo.
Beneficios: No es que haya muchos, básicamente ninguno,
estas embrutecido, así que si podemos destacar algo, seria tu capacidad para
hacer cosas que jamás te atreverías a hacer, como por ejemplo soltarle a la “Mari”
que te gusta desde hace mucho tiempo y que te mueres por sus huesos, lo cual traerá
consigo una situación muy incómoda (pero bueno vas pedo, siempre puedes alegar
este hecho como determinante en tu declaración de amor, y así recular lo máximo
posible).
Desventajas: bailas en exceso (lo cual te hace
ser objeto de mofa), de hablar alto pasas a gritar directamente, cantando como
un poseso todos los temazos que te molan (te pueden molar las Spice girls, y
eso puede ser muy negativo para tu imagen social cuando te las cantes todas,
con sus respectivas coreografías) y braseas sin compasión a los que te rodean,
contando (a gritos) todas las gilipolladas que te vienen a la cabeza.
Pobrecita tu
amiga “Mari”, que por desgracia para ella no va tan pedo como tú y tiene que
comerse toda tu brasa sin poder decirte nada.
Aun así, el
que tiene salero y un poco de gracia consigue que la peña se descojone con él,
ya sea por las burradas que suelta por la boca o por los bailes “cachondos” que
se marca.
Toda opción de
pillar cacho se desvanece a menos que te topes con una chica que este tan pedo
como tú.
3-COCIDO
La has cagado, ya no vas a pillar
cacho ni de coña, como mucho puede que te calcen una galleta por bocazas, o que
te fosties contra el suelo al tropezar con cualquier mierda del suelo.
Beneficios: ninguno.
Desventajas: al estar cocido te vuelves más
agresivo, lo cual hace que tus probabilidades de que alguien se moleste con tu
actitud y valore romperte la boca crezcan a cada minuto que pasa, gritas mucho más
alto, ya no bailas, más bien empujas a tus amigotes (que están tan cocidos como
tu) y al resto de la gente que está a tu alrededor, tocando los huevos, te da
por entrar a todas las tías que te rodean, creyendo que lo haces a lo Brad Pitt
(con clase y elegancia), pero la realidad es que casi no se te entiende al hablar
(te huele el aliento además), tu nivel de decibelios molesta a las pobres
desgraciadas que por educación no te han mandado a tomar por culo desde el
primer instante.
Te
conviertes en un “babas”, muy pesado e inaguantable, pero el señor “alcohol” te
hace sentir como un galán, un conquistador. Además y no se sabe por qué extraña
razón te sientes “terminator”, mirando a los demás con desprecio, crees que
puedes hinchar a ostias a cualquiera que se te ponga chulo, pero en realidad
sigues siendo Paco “el lechuga”, mote que no te pusieron en el cole por ir
reventando cráneos, sino mas bien por lo mucho que te gustaban tus moquetes.
Brasas, agresivo,
bocazas y merluzo, esas son las virtudes que el alcohol nos aporta a la mayoría
de los varones españoles cuando bebemos en grandes cantidades, también nos
vuelve avariciosos, cuando vas tan borracho, no tienes freno, lo lógico sería
querer parar, para intentar mejorar tu estado, pero de eso nada, contra mas
bebes mas quieres y de ahí a la perdición absoluta.
Pero bueno, también
tenemos que tener en cuenta que las mejores anécdotas o al menos las más
descojonantes que nos encontramos o nos cuentan en la vida, suelen tener como
protagonistas a una serie de individuos "cocidos" que llevan a cabo las hazañas más
lamentables, con dos cojones.