viernes, 28 de diciembre de 2012

PREMISA DE VIDA


                     
                                    “HAZ BIEN Y NO MIRES A QUIEN”

 

               Premisa de vida de las realmente buenas, ser capaz de cumplirla sin ningún tipo de interés personal (y sin ser carmelita), es algo que honra al individuo que lo pone en práctica.

Ser desinteresado es algo muy complicado (yo quiero un descapotable para mí, no para mi vecino), difícil de conseguir, supone un esfuerzo personal considerable, sacrificar tu propio interés o comodidad es algo que hace saltar las alarmas de nuestro maravilloso y socialmente “bien alimentado” egoísmo, dando como resultado una respuesta negativa por parte de nuestro cerebro (que cojones voy ayudar yo a nadie por nada, eso es lo primero que nuestra maligna mente piensa, la culpa no es nuestra es de la sociedad), vamos que “no” y punto. Es mejor pasar de los problemas ajenos, que demostrar que podemos ayudar al prójimo, no me refiero a irte al Congo a vacunar a los nativos del país, ni a salvar al gorila montañés, basta con echarle un cable a los demás, a alguien de nuestro entorno, simplemente realizar actos que conlleven consecuencias favorables para otros, pero que tiene como pega, que nadie va a enterarse de tu buena obra, ni vas a tener el reconocimiento social de los demás (vamos que nadie te va a hacer una estatua, ni la ola, ni una medalla, ni nada de nada).

Unos ejemplillos:

-          Darle a un colega tus zapatillas de basket (que por supuesto no te pones nunca) porque él las necesita. Donarle tus jerséis, que tienes apalancaos en el armario, a tu hermano, pasarle a tu madre esa fase tan chunga en la Nintendo DS.

-          Recoger los calzoncillos sucios que tiras al suelo de tu habitación habitualmente y llevarlos hasta la lavadora, introduciéndolos en la misma. Cerrar la tapa del váter después de orinar; cambiar el rollo de papel higiénico y tirarlo  a la basura, en lugar de dejar el cartoncito para que lo cambie el próximo que lo tenga que utilizar. Hacerte la cama de vez en cuando, levantarte a por el vaso de agua en lugar de pedirlo, etc.

Pequeños detalles que harán que las lumbares de tu madre se resientan menos al no tener que agacharse a por tu ropa sucia, también evitamos que la mujer se ponga de los nervios al ver la tapa del váter abierta con un recuerdo “nocillero” de nuestra parte (estas cositas no son buenas para la tensión arterial de nuestra madre).

Dejar de ser un gañan y un desordenado, afecta positivamente a los que te rodean en el día a día, aunque sea indirectamente, claramente tu madre no va ir a tu habitación a besarte y elogiar lo limpio que eres, más bien dará gracias a Dios porque parece que al fin estas dejando de ser un gorrino integral (aunque en su interior sabe que probablemente este comportamiento no te va a durar mucho).

 

La predisposición a beneficiar a otros sin esperar nada a cambio es fundamental para poder cumplir con esta “premisa de vida” y como resultado de su realización obtendremos una gran satisfacción personal (también descubriremos donde está la lavadora), que nos hace sentirnos mejores personas en general, y claro esta una mejora de nuestro “karma personal”, ya que al “recoger lo que sembramos”, es mejor que sea bueno lo que cultivamos, aunque a veces ni eso sirve para nada en este mundo lleno de, como diría Antonio Recio, “hijos de puta”.


 

SED BUENOS NIÑOS Y NIÑAS.

 

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