martes, 8 de marzo de 2011

LAS EDADES DEL HOMBRE (SEGUNDA PARTE).

De los 35 a los 50:
                    
                       Años mágicos en lo referente a cambiar pañales, pagar hipotecas, hacer la compra cada semana, cuidar y soportar niños y demás jodiendas basadas en tus hijos y tu inmueble particular. No me olvido de aguantar a la parienta, al hijo de puta de tu jefe (que sabe que puede apretarte las tuercas porque tienes una familia a la que mantener) y a la brasa del resto de familiares propios y ajenos.
Época que pasa rápido, porque realmente no tienes tiempo para ti en ningún momento, estas casado, eres padre y curras como un cabrón respecto a echar horas sin parar (ciertamente por muchas responsabilidades laborales que tengas, eres español, así que intentas tocarte los huevos lo máximo posible, pero aun así te jode como a todo hijo de vecino, tener que estar metido allí soportando a todo el mundo).
Todo tu ocio se reduce a ver un rato la tele con tu mujer (nada de Ps3, porque puedes salir escaldado, que ya tienes una edad), pegarte un revolcón ocasional, pero ocasional de cojones, un polvete cada tres o seis meses y tomarte unas cañas con los del trabajo si sales antes del curro.
El paso de los años solo trae una rutina aplastante, llena de quebraderos de cabeza a medida que van creciendo los niños, tu mujer envejece y tu jefe sigue pateándote. Es decir, que estas hasta los cojones de todo el mundo, pero como ya eres un tío adulto y formal, cumples con tus cosas y le sacas el autentico jugo a la mítica frase de “Hay que disfrutar de las pequeñas cosas”, porque o aprendes hacerlo o encontraran tu cadáver con un bote de pastillas para dormir en la mano, con una carta en la que te despides de todos y les mandas a tomar por culo.
Sufres la crisis de la mediana edad (a nadie le gusta envejecer), y necesitas sentirte otra vez joven, es decir te pegas unos meses haciendo el gilipollas y echo un borde, en algunos casos hasta se endeudan comprándose un deportivo de puta madre que no les sirve para nada, como mucho para oír lo típico de “donde ira ese abuelo con ese pedazo de carro, será subnormal”. A esta etapa se la denomina “La crisis de los cuarenta”, que precede a esa edad que ahora relatare en la que ya no te callas de nada porque “no te sale de los cojones” porque te estás haciendo viejo joder.

De los 50 a los 65:
                     Ahora estas consolidadísimo en el trabajo, puede que estés hasta en un cargo de importancia, pero lo normal es que no, pero la cuestión es que ya no hay dios que te eche de allí, porque tendría que pagarte por los 35 años de curro un autentico pastón, así que como mucho te pueden prejubilar, que para los que saben disfrutar de la vida es una bendición y para los que viven para su curro un autentico putadón.
Pero vamos que es una época en la que tus hijos se están haciendo adultos, así que más que otra cosa lo que haces es vivir a través de sus ojos y pegarles la brasa para que sean serios, trabajadores y honrados, vamos que te estas convirtiendo en tu padre, o en su defecto en el abuelo “cebolleta y cansino”.
Si sigues casado pues fenomenal, eso implica que por lo menos alguien te mantiene limpio, alimentado y planchado, cosa que es de agradecer. La cosa ya no es lo que era, los encuentros sexuales que ya estaban muy mermados pues ahora lo están más aun. Esto no implica que tu no estés cachondo, pero las cosas ya no son como antes y empiezas a plantearte, el uso de la “pastilla azul”.
Tiempo de espera, para conseguir la ansiada libertad laboral, para dejar de verle la cara todos los putos días al hijo puta del Martínez (al que odias desde hace décadas) y dejar de oír la insoportable voz de la “Nieves” (a la que odias desde hace décadas), y sobre todo dejar de soportar las peticiones de ese crio que ahora es tu jefe desde hace unos años, cuando se jubilo el cabrón del jefe que has tenido toda tu vida. Estas hasta la polla de nuevas tecnologías aplicadas a tu trabajo, de cursos que no entiendes y de gilipollas braseándote con “ pinchas aquí, guardas en esta carpeta y copias el directorio". Estas cansado de llevar 45 años haciendo tu labor para que ahora tengas que estar aprendiendo hacer lo mismo pero con otras herramientas, “que me dejéis en paz cojones!”.
Te vuelves más radical en algunas de tus opiniones (futbol), y te suda la polla todo lo que te quieran contar los demás, tienes tu verdad, y a ella te debes sobre todas las cosas,
Enfermedades de todo tipo empiezan aflorar, azúcar, tensión, lumbagos, etc. Pero así es la vida, todos tenemos que empezar a escacharrarnos, el final se acerca, pero hay que pasarlo de puta madre mientras se tenga la suficiente salud para hacerlo.

De los 65 al final de tus días:
       Por fin te has jubilado ( si ZP no te jode y tienes que hacerlo a los 67), eres libre de madrugones y jodiendas similares (hasta que nazca tu primer nieto y tengas que llevarlo todos los días a las ocho de la mañana a la guardería). Tienes todo el tiempo del mundo para viajar, leer, ver el “Sálvame”, cuidar de tu coche, tomar cañas (pero pocas, que seguro que alguna mierda que tienes alta, te impide abusar del alcohol), disfrutar de tus nietos (cosa que es muy cierta, porque cuando tus hijos son pequeños, tu al estar currando no disfrutas realmente de ellos cuando son peques, apenas estas con ellos, así que con tu nieto se te caen las babas y gozas de cada segundo a su lado), en fin, que puedes hacer lo que te salga de las narices y darle caña a tus aficiones.
Y si eres listo te sacas un abono para el Bernabéu, y a gozar del futbol, los nietos y los amigos. Pero también para hacer feliz a la parienta, que si ha llegado hasta aquí contigo sin reventarte la cabeza, y encima sigue limpiándote los calzoncillos, la verdad es que es para ponerle un monumento de tres metros de alto y oro macizo.
Aprovechar los viajes del inserso, que salen superbaratos, y darte todos los garbeos posibles, pero siempre cuidando de no liarla con los problemas médicos que tienes.
Años para ser un cachondo, porque eres un abuelo cebolleta, pasarlo lo mejor posible, ver cómo le va a tus hijos y sentirte orgulloso (o no) de ellos, disfrutar de tus nietos y de tu mujer, descubrir tus facetas ocultas (pintar, escribir, bailar, beber, etc.) y decir lo que te salga de los cojones sobre todos los temas, y si se te pone alguien tonto le mandas a la mierda como un rey, porque ya no tienes nadie al que rendirle cuentas (bueno a tu mujer).
El final llegara por esto o lo otro, así que lo único que hay que conseguir es que todos los que quieres tengan un buen recuerdo de ti, que tu entierro no esté lleno de gente, sino que los que haya estén porque quieren y porque te han querido de verdad.

TODOS TENEMOS DEFECTOS, PERO A LO LARGO DE LA VIDA DEBEMOS SER HONRADOS CON LOS DEMAS Y ENTREGADOS CON LOS QUE APRECIAMOS. HAY QUE INTENTAR SER LO MAS FELIZ POSIBLE, AL FINAL SI ERES BUENA GENTE LO CONSEGUIRAS, ANTES O DESPUES RECOGERAS LO QUE HAS SEMBRADO.